domingo, 12 de abril de 2009

La piedra se quedó en el camino


Pateaba aquella piedra, driblaba, confundía con un balón de fútbol, golpetear suave, débil, nada de tiro libre, menos un penalti, que va, podría abollar a alguien, un transeúnte que no tenía nada que ver con mis ínfulas a lo Platini, no, sólo el toque suave, pequeño, casi imperceptible, escuchando el aplauso en un estadio lleno hasta el tope, era la estrella, el nuevo Maradona enloqueciendo a los hinchas, los arranques sobre el arco contrario al mejor estilo de Batistuta, vaya, los aplausos retumbaban, la victoria cerca, ataque al ritmo de Cantona, detener, frenar...
La piedra se quedó en el camino.

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